A 60 años del terremoto de Valdivia: Las lecciones tras el sismo más grande de la historia
A tan sólo un día de conmemorar los 60 años del movimiento telúrico más grande registrado en la historia del mundo, el académico de la UC, Rodrigo Cienfuegos, detalló los impactos que generó el terremoto de Valdivia en las costas de otros países, y las colaboraciones para la mitigación de tsunamis que nacieron posterior al evento sísmico.
Fue un 22 de mayo de 1960 cuando ocurrió el terremoto de Valdivia, el más grande registrado en la historia mundial, que no sólo dejo grandes daños en diferentes zonas de Chile, sino que también afectó a las costas de Japón, Hawái, Filipinas, entre otros, lo que incentivó el desarrollo de planes de mitigación para tsunamis.
Es por ello que el académico de ingeniería de la Universidad Católica (UC) y Director del Centro de Investigación para la Gestión Integrada Riesgo de Desastres (CIGIDEN), Rodrigo Cienfuegos, conversó con RioenLinea para explicar los trabajos colaborativos que nacieron posterior al terremoto de 1960 para mitigar futuros tsunamis.
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¿Cuáles son los elementos de mitigación de tsunamis que nacen a raíz del terremoto de 1960?
En 1960 se produce el terremoto más grande jamás registrado de Valdivia, y con un tsunami, que no sólo afectó a Chile, sino que afectó a casi todos los países que están ubicados en la cuenca del Pacifico tales como Japón, Nueva Zelanda, Hawái, entre otros.
En ese momento no existía un sistema de alerta ara tsunamis, existían algunos esfuerzos que se habían hecho en Estados Unidos, pero a raíz de esa experiencia ese tsunami que se propagó en forma silenciosa, hubo gente que falleció teniendo mucho tiempo para poder evacuar, sin que hubieran recibido esa información.
A raíz de la experiencia de 1960 se organiza un trabajo de colaboración a nivel internacional para dotar al mundo pacifico de un Centro de Alerta de Tsunami bajo la gobernanza de las Naciones Unidas, y se ubicó en Hawái, de esa forma se empieza a aumentar la inversión en investigación científica en relación a los tsunamis, a la instrumentación necesaria para alertar en el caso de que haya un tsunami activo propagándose en el pacífico.
Ese tipo de tecnologías que se desarrolló a raíz de ese tsunami de 1960, ha permitido en los años y décadas siguientes salvar muchas vidas sobre todo para los eventos que se producen en los campos lejanos, que son los terremotos que uno no los siente, sino que están tan lejos que el movimiento sísmico no se percibe.
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¿Cómo afectó el terremoto de 1960 a las costas de otros países?
El terremoto de Valdivia generó una gran deformación de la superficie del mar, que después se propagó como unas grandes olas que podían atravesar el Océano Pacífico. El tsunami que ocasionó el terremoto de Valdivia, viajó en todas las direcciones, cruzando el Pacífico a la velocidad de un avión, teniendo efectos en Chile, pero también en todos los países que estaban ubicados en el Pacífico.
Japón fue afectado por el tsunami de 1960 que llegó a las costas japonesas sin un aviso, hubo más de 100 personas que perdieron la vida, también hubo impacto de daños en infraestructura. Después de esa situación, los japoneses iniciaron un programa muy potente de investigación para la mitigación de los tsunamis, e iniciaron un programa de inversiones en obras duras, en alerta y evacuación.
A partir de nuestro tsunami, reforzaron de manera muy importante su investigación e implementación en medidas de mitigación. A nosotros se nos olvidó el tema. Hubo medidas muy importantes en relación a la normativa sísmica, cómo las construcciones y ejercicios se van haciendo más robustos y resistentes. Pero en el caso de los tsunamis, dejamos de lado el aprendizaje de 1960 y no hubo demasiada reflexión al respecto.
A diferencia de Japón, a nosotros los tsunamis se nos olvidaron, no hicimos demasiado con ellos durante 50 años, y en el 2010 nos acordamos que éramos un país que también tenía que convivir con tsunamis y nos encontró bastante mal parados en ese momento.
El sistema tecnológico también puede fallar, y es importante que las personas estén educadas en relación a qué es lo que tienen que hacer, el autocuidado es clave y es uno de los aprendizajes que tenemos al hacer este paralelo entre Chile y Japón.
Las víctimas fatales que se registraron en Chile, posterior al movimiento telúrico de 1960 fueron más de 2000, mientras que en Japón se registraron 139, en Hawái 61, en Filipinas 21 y en California 2.