Algunas aclaraciones para el Alcalde
El día domingo el Alcalde de nuestra comuna dio una entrevista al Diario Austral de la cual resultan varios elementos interesantes de comentar, pero en particular hay dos que no puedo dejar pasar. El primero son sus dichos sobre los estacionamientos subterráneos. Me extraña profundamente que después de años de debate al respecto en diversas […]
El día domingo el Alcalde de nuestra comuna dio una entrevista al Diario Austral de la cual resultan varios elementos interesantes de comentar, pero en particular hay dos que no puedo dejar pasar.
El primero son sus dichos sobre los estacionamientos subterráneos.
Me extraña profundamente que después de años de debate al respecto en diversas instancias, incluyendo una Audiencia Pública a la que lamentablemente no asistió, siga sosteniendo caricaturas sobre las críticas a este proyecto en base a falacias. Por una parte, señala que no se ocuparon las instancias de participación cuando se debía, pasando por alto, entre otras cosas, que ha sido la misma Corte Suprema la que ha dicho que el acceso a la justicia ambiental es parte de las herramientas con las que cuenta la ciudadanía para participar en las decisiones relativas a la evaluación de proyectos. Llegar a estas instancias no es un problema de la ciudadanía, sino que un hecho que habla muy mal de los espacios de participación previos que se abren, en los cuales no se logran realizar modificaciones sustanciales ni involucrar de manera informada a los vecinos y vecinas. Recordemos que la participación ciudadana formal convocó a menos de 320 personas, mientras las firmas recolectadas contra el proyecto fueron más de 3000.
Pero lo que es peor, el alcalde afirma que la empresa ha pasado por una “cantidad de filtros increíbles”, desconociendo que es precisamente el incumplimiento de estudios base lo que se está reclamando en tribunales, ya que tenemos la convicción que la empresa no ha cumplido con levantamientos de información sectorial fundamental para sostener su proyecto y los impactos que de este se derivan. Asumir como autoridad comunal una defensa corporativa de esta empresa es una irresponsabilidad, y lo más serio sería esperar con prudencia los resultados de los tribunales.
Recuerdo cuando hace algún tiempo atrás era el mismo alcalde también, quien señalaba que el emplazamiento de estos estacionamientos era cuestionable. Nunca he entendido -y no lo ha explicado- qué fue lo que lo hizo cambiar de opinión.
No estamos en contra de los estacionamientos en general, ni menos al progreso de la ciudad, por ello espero que se dejen las caricaturas de lado, y pensando en el bienestar y modernización de Valdivia, se puedan establecer diálogos serios, que pongan atención en aspectos atentatorios a nuestro desarrollo como el hecho que este proyecto impide que podamos peatonalizar las calles de la plaza, entrega solo $500.000 mensuales al municipio, atenta contra el comercio local, crea pocos empleos y precarios, no atiende a los problemas de congestión, no resguarda del patrimonio, y va a contracorriente de las políticas nacionales de vialidad y urbanismo.
Finalmente, y el segundo dicho que llama profundamente la atención, es su categórica afirmación que “Valdivia está progresando armoniosamente”. Yo le preguntaría a los vecinos y vecinas de Torobayo si están de acuerdo con ello, o bien al barrio Inés de Suarez que sufren día a día el paso de camiones de alto tonelaje por sus pasajes, o los sectores de Guacamayo que carecen de conectividad eficiente. Les preguntaría a los vecinos y vecinas de las Gaviotas o a quienes se saben abandonados en Huellelhue, o quienes sufren los tacos día a día. Es precisamente el crecimiento desordenado e inarmónico uno de los problemas importantes de nuestra comuna.
Lamentablemente, si el diagnóstico que el municipio tiene es tan positivo, difícil les será identificar el problema y activar una solución urgente, y por tanto como no se sufre lo que no se sabe, seguirán condenándonos a modelos fracasados del siglo XX sin dar los saltos que necesitamos como ciudad capital para el siglo XXI.