Cuenta Pública
La Cuenta Pública dejó coletazos al por mayor. Lo primero es reconocer que diga lo que diga el pobre Piñera, a la oposición no le gusta. Aclaremos que lo de pobre no le viene a don Sebastián, pero eso es un tema para otra columna. Uno podría creer que la disminución de parlamentarios sería del […]
La Cuenta Pública dejó coletazos al por mayor. Lo primero es reconocer que diga lo que diga el pobre Piñera, a la oposición no le gusta. Aclaremos que lo de pobre no le viene a don Sebastián, pero eso es un tema para otra columna.
Uno podría creer que la disminución de parlamentarios sería del gusto de todos, pero ¡oh sorpresa! No fue así; incluso el diputado Boric declaró que sería un ataque directo a la “diversidad”. Por su lado Jackson con su curiosa afirmación que cuando hay “demasiadas alternativas la gente se confunde” le ha significado que en las RRSS le han dado como bombo en fiesta.
Por su parte, el honorable Florcita Motuda con su máscara del hombre murciélago le puso la nota entretenida y buena onda que los parlamentarios del FA quieren adjudicarle a nuestro parlamento. Por su lado, el senador Guirardi llegó con una pinta de venir saliendo de una fiesta de amanecida o como escribió Villegas, como una pinta de garzón traspirado.
La DC como es su costumbre, puso el grito en el cielo porque según Chahín, el presidente habría faltado a su palabra en lo referido a la administración del 4 % del aporte previsional, y se mostró sumamente ofendido, incluso agresivo para darle en el gusto a los halcones de su partido, además de conseguir posicionar a la DC en la agenda del día, y por cierto en la prensa. Como sería la rabieta que hasta olvidaron de insistir en la renuncia del Subsecretario Castillo. A los dos días después, y una vez aclarada la cosa, el mismo Chahín debió mostrarse más sumiso y en onda de “parece me condorié”. Por otro lado y como es de suponer, los muchachos y muchachas de Chile Vamos se gastaron las manos tanto aplaudir, y con palabras expresivas como discurso contundente, o de estadista o con mirada de futuro y palabras grandilocuentes con harta mermelada.
Mientras tanto, por acá por Valdivia, y ante la cercanía del invierno, la ciudad empieza a moverse a ése ritmo bucólico de siempre y entrando a esa suerte de letargo invernal también de siempre, solamente alterado con un valdiviano de mala puntería quién después de colisionar con las barandas metálicas cayó al río con camioneta y todo, desde el puente Pedro de Valdivia. Y mientras en el Chile Premium, o sea, en Santiago, se empieza a conversar respecto a los 2 mil millones de dólares que se destinarán para el ferrocarril Santiago-Valparaíso, acá en la capital de Los Ríos se discute de donde saldrán las 500 lucas (700 dólares) para reparar las barandas del puente. Y como empiezan a salir críticas en las RRSS del peligro que significa la ausencia de barandas, nuestro alcalde aparece en la prensa local declarando estar cansado del “peloteo” de la reparación y que la Ilustre Municipalidad bajo su ilustre mandato, asumirá la esquiva reparación. ¡Ese es nuestro alcalde!