Doble Vía para Valdivia, de la intención a la realidad
Desde que la Región de Los Ríos fue creada ha ido avanzando paulatinamente en mejorar su dotación vial, con una planificación precisa que no permite atrasos, y con énfasis en caminos secundarios inclusivos en zonas rurales, rezagadas, y otras de alto impacto turístico. Aún así, en otras áreas existe falta de infraestructura elemental en términos […]
Desde que la Región de Los Ríos fue creada ha ido avanzando paulatinamente en mejorar su dotación vial, con una planificación precisa que no permite atrasos, y con énfasis en caminos secundarios inclusivos en zonas rurales, rezagadas, y otras de alto impacto turístico.
Aún así, en otras áreas existe falta de infraestructura elemental en términos sociales, económicos y de seguridad, como es el caso de la doble vía de acceso a la ciudad de Valdivia, capital regional.
Una doble vía con estándares de autopista que se utilizan en Chile, tendrá un efecto positivo en el comercio, la industria, la reducción de tiempos de viaje y la seguridad para los usuarios, sin embargo, el modelo de financiamiento a implementar por el estado, conlleva a la construcción de una carretera concesionada y con la implementación de peajes subsidiados por el Estado.
La implementación de peajes siempre genera cuestionamientos, argumentando que pueden generar más segregación de las localidades involucradas y que las comunidades podrían verse afectadas económicamente para acceder a los centros poblados.
Recordemos que han existido distintas iniciativas de proyecto doble vía en Valdivia, como la de los años 2007 y 2010, que fueron desestimadas por el Gobierno, y la campaña “Doble Vía sin peaje”, el 2011, que recaudó 33 mil firmas pidiendo que no se incluyan peajes en la ruta. El año 2014 se ingresó una nueva iniciativa privada que estimó una inversión aproximada de UF 5.000.000 aprox., para el Norte y Sur de Valdivia, con una duración estimada de 28 años de concesión.
A fin de analizar esta iniciativa, se constituyó una mesa de trabajo que, mediante una labor esencialmente técnica y participativa, buscaría una definición estratégica del mejoramiento de los accesos a la capital regional. Este ejercicio participativo fue inédito, la mesa se concentró en recoger opiniones de los actores relevantes y la valoración de ciertos criterios, con el fin de generar una propuesta, a través del método TOPSIS, que corresponde a una metodología de multicriterios, en base a la selección y jerarquización de alternativas al problema planteado.
Se concluyó que la mejor opción era una doble vía de alto estándar, con el menor impacto tarifario, mediante un mecanismo de financiamiento público-privado, bajo la modalidad del sistema de concesiones. En concreto, relicitar la concesión de la Ruta 5 e incorporar la construcción de los accesos Norte y Sur, manteniendo los mismos peajes en la Ruta 5 y no en las vías de acceso.
Actualmente es posible constatar que el avance de la iniciativa no va en la misma sintonía a la urgencia del proyecto, superado el fantasma de la amenaza del peaje, hoy la variable predominante es la seguridad de la vía. Distintos accidentes, lamentablemente con consecuencias fatales, claman que este proyecto sea una prioridad, no sólo regional sino que nacional, dado que Valdivia es la única capital regional del país que no cuenta con accesos seguros y acorde a la demanda de tránsito, sobre 6.000 vehículos tránsito medio diario.
Salvo un anuncio del actual Gobierno, que no revistió mayores novedades respecto a plazos, y la voluntad de mantener la iniciativa en la cartera de inversiones regionales, anunciadas por el propio Presidente de la República hace unas semanas en Valdivia, no se conoce mayor información respecto al estado actual del proyecto, el que aún se mantiene en estado de proposición, que corresponde a una fase inicial que enfrenta los análisis territoriales, de trazado, jurídicos y económicos, entre otros.
Los accesos a Valdivia no pueden esperar más, el modelo de concesiones proponía ventajas sobre otras posibilidades porque, principalmente, asegura un alto estándar y una implementación más eficaz y rápida que los sistemas tradicionales, pero ello debe ir acompañado con un seguimiento administrativo del Estado eficiente y sin desviaciones, y a su vez mantener informada a la ciudadanía en todas sus fases, puesto que permite a los habitantes de la Región proyectarse en el mediano plazo. Claramente, en relación a la información efectiva, hay una tarea pendiente.