El futuro es un Centro sin Autos
El proyecto “zona calma” es un avance muy positivo para el centro de Valdivia. A través de una iniciativa del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Los Ríos se están eliminando estacionamientos de superficie en parte de las calles Picarte, Caupolicán y Maipú, donde además no se podrá transitar en auto a más de 30 […]
El proyecto “zona calma” es un avance muy positivo para el centro de Valdivia. A través de una iniciativa del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones de Los Ríos se están eliminando estacionamientos de superficie en parte de las calles Picarte, Caupolicán y Maipú, donde además no se podrá transitar en auto a más de 30 kilómetros por hora.
Los beneficios de estas medidas son claros: potencia el comercio local, la imagen turística y la seguridad vial.
Y no cabe duda que esta medida va en la dirección correcta y está alineada a las políticas nacionales e internacionales en materia de planificación urbana, transporte y vialidad, las que son claras en señalar que se deben sacar los estacionamientos de los lugares céntricos, privilegiar al peatón y con ello reactivar los centros como espacios de encuentro, de esparcimiento y también de consumo en el comercio local.
Ahora bien, ¿Cómo es posible que esta política sea coherente con la construcción de estacionamientos subterráneos en la Plaza de la República?
Hace unos días escuché a nuestro alcalde, don Omar Sabat, afirmar frente al Consejo Regional que su equipo había llegado a la “convicción técnica” que los estacionamientos subterráneos en la plaza son un buen proyecto para Valdivia. Y realmente me pareció sorprendente dicha afirmación, cuando las políticas nacionales sobre la materia sostienen lo contrario, incluso la firmada por su propio Presidente de la República.
Sacar los estacionamientos de superficie en estas “zonas calmas” podría ser un primer paso para avanzar -con una buena planificación-, en peatonalizar las calles que rodean la plaza, y tener un polo turístico a la altura de destinos internacionales.
Pero, lamentablemente, si este Municipio insiste en entregar por 35 años nuestro corazón urbano a una empresa de estacionamientos subterráneos que en nada nos beneficia a las y los valdivianos, no podremos soñar y menos planificar un centro peatonal sino hasta el 2050. Y eso, sinceramente, es un atentado al desarrollo y al necesario impulso que el comercio local requiere.
El alcalde, en la misma instancia del Consejo ya mencionado, señaló también que, para él es un gran orgullo que uno de los legados de su padre cuando fue alcalde haya sido el paseo peatonal Libertad. Qué triste contraste sería, que uno de los legados de su hijo, fuera el no haber sido capaz de detener los estacionamientos subterráneos al lado de ese bello paseo y, al contrario, haber apoyado un pésimo proyecto que le dejó la gestión anterior, impidiendo así que el Paseo Libertad se conecte con la plaza de manera armónica potenciando los espacios locales y el turismo.
Esperamos sinceramente que esas “convicciones técnicas” del municipio cambien, y podamos buscar las opciones -que las hay- para darle término a este pésimo contrato. Si el Municipio decide este camino, no tengan duda que estaremos a sólo un paso de cerrar ese mal proyecto, y mucho más cerca de una mejor planificación de nuestro centro y de un polo económico fundamental para la ciudad.