Estudio de académico UACh: Descenso de caudales afectaría calidad de agua potable en Valdivia
El estudio del académico José Garcés de la UACh determinó que los principales ríos de Valdivia, al disminuir los caudales, incrementarían el ingreso de agua salada desde la costa, lo que afectaría la calidad del agua potable en la capital de Los Ríos.
Según el estudio, con las condiciones climáticas futuras y, sumado a una temporada de escasez de precipitaciones, el agua salina que ingresa desde las costas de Corral al estuario del río Valdivia afectará la calidad del agua que consume la población de la ciudad.
El estudio de científicos liderados por el Dr. José Garcés, académico del Instituto de Ciencias Marinas y Limnológicas (ICML) y del Doctorado en Biología Marina de la Universidad Austral de Chile (UACh), explica que el problema se origina cuando los caudales del río Cruces y Calle-Calle, principales tributarios del río Valdivia son muy bajos. A través de un modelo sencillo se encontró que por debajo de los 74 m3/s, es en ese momento el agua salina llega hasta la toma de agua de la Cuesta Soto.
El artículo identifica un mes y año en particular, marzo de 2015, justamente cuando una serie de quejas se hacían públicas por el mal sabor que tenía el agua potable, según asegura el estudio. En ese momento, más del 70% del agua potable que consumía la población se obtuvo del río, en la toma de captación de Cuesta Soto y solo el 30% restante del sector Llancahue.
El agua salada en ese momento se extendió hasta 35 kilómetros río arriba (3 kilómetros más arriba de Cuesta Soto) y “el ingreso de agua salobre será más común e incluso se extenderá entrado el otoño” de acuerdo a las proyecciones de los menores caudales, explica el Dr. Garcés, ya que todas las proyecciones indican disminución de las precipitaciones y el río San Pedro, Calle-Calle, Cruces y Valdivia se alimenta principalmente de las lluvias.
En el trabajo participó también, Wolfgang Schneider, del Departamento de Oceanografía y del Instituto Milenio de Oceanografía, ambos de la Universidad de Concepción (UdeC); Andre Pinochet (ICML), la Dra. Andrea Piñones, del ICML – IDEAL y del Centro de Investigación Oceanográfica COPAS-Sur Austral (UdeC); Francisco Olguín (ICML); Daniel Brieva (COPAS-Sur Austral); y Yongshan Wan, del Center for Environmental Measurement and Modeling, Estados Unidos.
Algo a considerar, según el grupo de especialistas, es que Chile está atravesando una mega-sequía y proyecciones al respecto explican que habrá una disminución de las precipitaciones del 15 al 20%.
El académico a cargo del estudio en Valdivia explicó que de esta forma se espera que las intrusiones de agua saladas ingresen a la toma de captación de agua de la ciudad, aseverando que “será más a menudo y causará problemas en la calidad del agua potable. Esto implica mejorar las capacidades de predicción y modelos hídricos que presentan diferentes escenarios de cambio global”.
“También es una señal de alerta de cualquier intervención que se haga en el río, por ejemplo, aguas arriba, como puede ser la construcción de un embalse, no se sabe cómo afectará los caudales, en un contexto de cambio climático”, aseguró.
En ese sentido la Dra. Andrea Piñones, Dr. José Garcés y Dr. Daniel Brieva están preparando un modelo hidrodinámico del sistema estuarino de Valdivia, para luego forzarlo con proyecciones de cambio climático para ver lo que sucederá a finales del año 2100.
“Con ello estableceremos hasta que zona ingresará el agua salina en el río y además en qué meses del año enfrentaremos este problema. Lo que es relevante, ya que permitirá tomar medidas, por ejemplo, de dónde se podría obtener el agua para la ciudad en verano o qué intervenciones se puedan o no hacer al río, ya que seguro tendrán consecuencias en la calidad del agua que se consuma, ahora y en los próximos 100 años”, concluyó Garcés.